6,3 millones de niños
El asma infantil afecta a más de 6 millones de niños en todo el país y casi 1 millón de ellos es menor de 4 años. Pero el asma no aparece de la noche a la mañana. Comienza como un cuadro clínico con sibilancias y, cuando el niño crece, se manifiesta la enfermedad que acompañará al paciente durante toda su vida. El asma es la enfermedad crónica más común en la niñez y es la causa de casi 14 millones de ausencias a la escuela y de la mayoría de las visitas hospitalarias imprevistas que se hacen anualmente en todo el país.
¿Qué sucedería si se pudieran atenuar las sibilancias tempranas y, con ello, se pudiera reducir la aparición de asma más adelante en la vida?
A eso apunta el Estudio Clínico ORBEX. Su objetivo es comprobar si un medicamento puede ayudar a prevenir la aparición de sibilancias en niños pequeños.
Un artículo de reciente publicación en la revista médica New England Journal of Medicine avala esta observación. El artículo da detalles sobre un estudio en poblaciones Amish y Hutterite en el que se observó que estas poblaciones presentaban «marcadas diferencias en la prevalencia del asma a pesar de tener ancestros y estilos de vida similares2». La conclusión del estudio fue que el aumento de la exposición a microbios, debido a diferencias en los entornos y técnicas de cultivo, era la razón de que los niños Amish tuvieran un índice de asma significativamente menor (ninguno de los niños Amish evaluados padecía asma). La exposición a los microbios protege contra el asma al implicar y modelar la respuesta inmune natural de una persona.
2 Stein, M. M., Hrusch, C. L., Gozdz, J., Igartua, C., Pivniouk, V., Murray, S. E., Sperling, A. I. (2016). Innate Immunity and Asthma Risk in Amish and Hutterite Farm Children. New England Journal of Medicine N Engl J Med, 375(5), 411-421. doi:10.1056/nejmoa1508749
Asma y sibilancias en niños
Según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, perteneciente a los Institutos Nacionales de la Salud, el asma es una enfermedad pulmonar crónica que produce inflamación y estrechamiento de las vías respiratorias. En la actualidad, no tiene cura y si bien afecta a personas de todas las edades, es más frecuente que aparezca en la niñez. Los síntomas incluyen opresión en el pecho, dificultad para respirar y tos.
En 2014, había 24 millones de personas con asma en los Estados Unidos: 17,7 millones eran adultos y 6,3 millones, niños (menores de 18 años de edad). El asma afecta a los niños de 5 a 14 años de edad en mayor proporción. También puede manifestarse en niños pequeños antes de los 5 años, pero estos casos suelen ser más difíciles de diagnosticar porque los síntomas de asma también pueden aparecer en otros cuadros clínicos como resfríos o infecciones respiratorias. Sin embargo, las sibilancias son un indicador precoz del asma en niños pequeños.
¿Por qué participar en un estudio clínico?
Hay una buena razón.
En primer lugar, es importante que sepa que no se puede garantizar que el resultado final sea un beneficio para su hijo.
La participación de su hijo en el Estudio Clínico ORBEX puede ayudar a que los niños lleven vidas más saludables en el futuro. Por medio de este estudio clínico, aprenderemos más acerca del uso del Broncho-Vaxom para prevenir las sibilancias y los síntomas de tipo asmático en niños pequeños que pueden estar en riesgo de padecer asma. Esto podría repercutir notablemente y de manera duradera en la salud de los niños de toda la nación.
Entonces, ¿por qué no hacer participar a adultos con asma? Hay dos razones. La primera es que una de las metas del Estudio Clínico ORBEX es comprobar si el uso del Broncho-Vaxom puede prevenir la aparición de sibilancias precoces y con ello, atenuar el asma más adelante en la vida. Debido a que el asma es una enfermedad crónica y suele manifestarse durante la infancia, la comprobación del posible efecto preventivo del Broncho-Vaxom debe hacerse cuando el paciente es niño.
La segunda razón es que los estudios clínicos en que participan niños son muy importantes para la salud de todos los niños. Según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre, muchos médicos a menudo deben usar tratamientos basados en lo que se sabe sobre su acción en adultos. Esto se debe a que no todos los medicamentos se prueban en adultos y niños. Los estudios que investigan específicamente el uso de medicamentos en niños pueden ayudar a los médicos al proporcionarles información precisa sobre la mejor posología para poblaciones pediátricas.
De manera que los estudios clínicos que incluyen niños aportan conclusiones que aumentan la seguridad pediátrica, por ejemplo, al determinar las dosis o si un medicamento es eficaz para un niño, o brindar datos que no se conocían.
Según los Institutos Nacionales de la Salud, un niño pequeño que tiene episodios frecuentes de sibilancias con resfríos o infecciones respiratorias tiene mayores probabilidades de sufrir asma si:
- Uno o ambos padres tienen asma.
- El niño tiene signos de alergia.
- El niño tiene eczema (los niños con eczema son un 46 % más propensos a padecer asma1).
- El niño tiene reacciones alérgicas al polen u otros alergenos aéreos.
- El niño presenta sibilancias aun cuando no tiene resfrío ni ninguna otra infección.
1 Carlsen, B. C., Menne, T., and Johansen, J. D. 20 Years of standard patch testing in an eczema population with focus on patients with multiple contact allergies. Contact Dermatitis, 2007, 57: 76-83.